viernes, 7 de mayo de 2010

Con Nocturnidad

Me contaste, bella amiga, esa noche de tormenta retumbante, mientras todos
los cristales se combaban sacudidos por el trueno poderoso, los recuerdos
despreciables que obtuviste de esa época perdida en los bares degradados,
tormentosas relaciones entre seres castigados por los dioses justicieros,
esos Ángeles caídos golpeados por la vida que se escapa por los poros
de sus cuerpos chorreantes, sus lamentos se reúnen en los coros
infernales de los muertos maldecidos, torturados y corrompidos
por sus vicios despreciables, sus pasiones decadentes, coloridos
son sus trajes, mas sus cuerpos son carroña y sus huesos ya podridos
se deshacen en un polvo gris oscuro arrastrado por los vientos,
vertederos de las glorias consumidas por el tiempo, de talentos
derrotados por los años y los excesos, por humanos sentimientos
que desbordan las barreras de decencias anquilosadas, pervertidos
son los puros, los temores de pecados abominables son vencidos
Y en las camas generosas solo quedan como dueños los sentidos.
Fueron años olvidables me dijiste, aunque al ver esos tristes ojos
Tuyos, de mirada desvaída, que se enmarcan en tu cara como tajos,
Sé que mientes y que añoras temerosa esos días de pasión y sueños rojos

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