miércoles, 26 de mayo de 2010

Llegaron del espacio

Lo había intentado, no una, sino muchas veces, pero hasta ahora, la suerte, la inspiración o más aun posiblemente el talento (su falta) no le habían permitido alcanzar su sueño.


Y su sueño, como el de cualquier lector de verdad, era ser escritor, escritor de ciencia ficción, claro.


Había leído y releído desde que tenia memoria las grandes obras de los clásicos del genero, y tal vez por eso, cuando intentaba abandonar la lectura y blandir la pluma, todas sus ideas se le revelaban como remedos mas o menos decentes de alguno de esas historias. Era frustrante, el quería escribir algo original, que jamás antes mente alguna hubiera imaginado, pero una tras otras, sus líneas argumentales tenían que ser abandonadas, y su humillación se hacia aun mas profunda.


Desde los viajes espaciales a las visitas de seres de otros mundos, guerras e imperios galácticos o inventos del futuro, todo fue hollado y desechado.


Por fin, un día creyó encontrar algo distinto, en el poco sutil subgénero de los monstruos del espacio. Si, ideó el que en su opinión era el más terrorífico ser del universo, ya que parecía imposible lograr crear nada que provocara la fascinación de la gente, al menos esperaba horrorizarla.


Y fue entonces cuando llegaron, desde las estrellas.


¿Quién iba ahora a comprar ciencia ficción, quien a atemorizarse con sus relatos, si ahora se habían convertido en realidad? Ni siquiera tuvo la oportunidad de aparecer como una especie de precursor, de visionario, ya que “El Descenso” se produjo antes de poder entregar el manuscrito.


Y Kalhez volvió a sentir un odio inmenso por las criaturas del espacio, no por destruir su mundo, sino por acabar con su sueño.


Y mientras trabajosamente salía del líquido elemento arrastrando su concha, esperando que la asfixia aliviara eternamente su dolor, dedico sus últimos pensamientos a esos horrores galácticos, a esos gigantes llenos de asquerosas protuberancias, a esos seres despiadados que casi habían terminado con los de su raza, al mil veces maldito “hombre”.

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